Sony ha jugado habitualmente el papel desagradable del jugador resistencia en la industria del hardware, del lado de los beneficios a largo plazo sobre el beneficio a corto plazo. Esto fue evidente en las cifras de lanzamiento de la PS3 que se tradujo en pérdidas considerables por unidad trasladada en gran parte debido a los costes de desarrollo de hardware del sistema. Sin embargo, las predicciones de la compañía para la PS4 son muy diferentes.

Los costos de desarrollo de la PS4 son totalmente enormes, pero están equilibradas proporcionalmente en relación con el costo de ventas. La tecnología en el mismo no ha sido objeto de tales etapas de desarrollo extenuantes, y, en consecuencia, no ha incurrido en los costes rojos que inducen que inhiben lanzamientos del sistema. Como resultado, Sony debería ser capaz de obtener una ganancia más rápida después del debut de la PS4.